jueves, mayo 2

Por un puñado de cortos: Raúl Parada



     Raúl y yo tenemos circustancias paralelas. Una profesional, un trabajo que cuando cruzamos una puerta, ahora semiacristalada, podría recordar a las memorables pelis de Sólo ante el peligro o La familia y uno más o Aterriza como puedas. Otra deportiva, somos devotos y practicantes de algunas varidades. Y otra cinematográfica, diría mejor cortometrájica, porque creemos  en el cortometraje como un medio expresivo y creativo con una fuerza y unas posibilidades increíbles. Hoy puedo contar en esta bitácora con su presencia y con su trabajo, artesanal y persistente.


Mi relación con los cortometrajes

por Raúl Parada Castellano

   Como muchas otras personas antes de ser seducido por la realización cinematográfica comencé tentado por la fotografía. Siendo adolescente en mi casa no teníamos cámara de vídeo, pero si teníamos cámara de fotos, incluso mi padre tenia un pequeño laboratorio para revelar sus propias granada
fotografías, por lo que mi actividad empezó en el momento en el que heredé una vieja cámara de fotos. Empecé a trabajar con la cámara en el retrato de la vida nocturna sobre paisajes urbanos, algo que ya había emprendido años atrás junto con mi primo Javi pero desde el dominio del dibujo y la pintura.
 
   Fue más tarde, siendo veinteañero cuando me llegó la atracción por contar historias de forma visual. En aquel entonces, mi hermano Óscar estaba trabajando en una televisión local haciendo un programa llamado Noticias al pil-pil y en una de las secciones del programa solían introducir un corto humorístico, algo a lo que me apunté realizando Mirando al collao mi primer cortometraje visible, un corto rememorando las comedias clásicas del cine mudo. Antes había intentado realizar Interacciones, un cortometraje grabado en mi piso de estudiante donde cometí al completo todos lo errores que puede hacer un principiante. Sin embargo, la experiencia me encanto y decidí realizar más cortometrajes con la ayuda de mis amigos y familia. De esta forma hicimos La esquina, corto por cierto seleccionado en el Festival de jóvenes realizadores de Granada, y Pasión Ibera corto grabado en los preciosos parajes de la Sierra de Segura.
   Las buenas experiencias y el éxito hicieron que me decidiera por comprar una cámara digital antes de poner la cocina del piso, evidentemente lo primero era lo primero.
Fue también por estas fechas, cuando junto con Rocio Aguirre decidimos crear un certamen de cortometrajes en Siles mi pueblo en la Sierra de Segura, Jaén. El ayuntamiento nos dió carta libre y con un presupuesto minúsculo lanzamos el proyecto Certamen de cortometrajes Silescinema, el cual todavía sigue activo.
    •  Entre mi corto bagaje cinematográfico me gustaría hacer mención:  La prisión del alma thriller grabado en el IES Cartuja con la actuación estelar de la profesora de lengua Alicia Díaz.
    •  El limite drama urbano realizado con actores profesionales en Granada, o
    •  Territorios corto experimental tratando conceptos de la psicología ambiental.
   En la actualidad debido a mi vida ajetreada la realización de cortometrajes se ha derivado a las vacaciones estivales pero sigo cumpliendo como Dios manda y por supuesto como Woody Allen, grabando una obra mínimo al año. Nunca es tarde para seguir aprendiendo.
                                                   

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