Y esta atalaya me permitía incluso, la visión del Generalife. Me sirve para recordar algunos versos en silvas que el poeta granadino Soto de Rojas, le dedicó:
A fénix, en Generalife, ausencia
Fénix, ausente hermosa,
ejemplo dulce del clavel lozano,
firme enseñanza de la fresca rosa,
este que os sacrifico llanto tierno
recibidle, primicia de mi mano,
cosecha pobre del pesado invierno,
que, ausente vuestro sol, cesó el verano.
Llegue, pues, suba la elevada cumbre
dorada en vuestra lumbre,
que tras tinieblas tantas
a vuestras aras besará las plantas
y sobre la eminente pesadumbre,
reina de tanta vega,
que si en ella la vista se despliega
y no la cogen vuestros claros ojos,
a sí misma se niega,
aquestos tiernos rendirá despojos,
regalo al alma, tiros al sentido.
Generalife, sobre la colina. Encima la llamada Silla del moro |
Viajero si alguna vez tus pasos te llevan a esta ciudad, no dejes de permitirte conocer este barrio granadino y adentrarte por sus callejuelas y descubrir los lugares escondidos.
PISTA: esta plazoleta no es aquella tan comentada por la visita del presidente norteamericano de onomatopéyico nombre de timbre.
Las fotografías han sido realizadas por Rafael García.
!Qué ganas tengo de visitar esos barrios granadinos y perderme por esas calles!
ResponderEliminarSaludos, Julia
No visites Granada, descúbrela.
EliminarGracias por tu opinión.
Estoy de acuerdo que Granada tiene algo único.
ResponderEliminarAcabo de estar allí este fin de semana por primera vez.
L.M.R.